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22 de septiembre de 2014

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Que tú nunca sabrás que doy de sí todas las mangas de mis rebecas/sudaderas, que destrozo los bolis a mordiscos, que adoro la puñetera lluvia porque nada es mejor que llegar empapada, que soy una incondicional fan del cine coreano además de todo aquel que la gente no suela detenerse a contemplar.
Que me encanta pasear por la noche hasta sentir que se me congelan los dedos de los pies, que odio los huevos pero nunca me faltan, que escribo un diario y a veces de tanto mentirme a mí misma acabo mintiéndole a él. 
Que nunca me han gustado los besos en el cuello, que los prefiero en la espalda, que dormir es una de mis aficiones favoritas, que imaginar nuevas historias que nunca se hayan escrito antes me quita el sueño (y más cuando es en compañía), que admiro incluso lo rara que puedo llegar a ser a veces, que me callo más del 80% de las cosas que pienso, pero te las contaría si me lo pidieras.
Que si consigues que me tiemblen las piernas siquiera con verte puedo regalarte algo más inmenso que el cielo, que un 'te necesito' me vale mil veces más que un 'te quiero', que prefiero alcanzar las cosas que nadie tiene ni pueda envidiar, que hay besos que me hacen sentir en casa, que decirme 'hoy estás preciosa' es suficiente para hacerme sonreír durante horas. 
Que para mí la felicidad no existe si no se comparte, que tanto a mí como a los hombres, se nos conquista por el estómago, que el olvido es uno de mis grandes temores, que yo nunca espero milagros, que moriré habiendo deseado ser una Lolita.
Que soy de las que creen en el amor, de las que se tropiezan y se levantan para volver a tropezarse, que ojalá no estés delante cuando me ponga realmente mal, que no hay nada de lo que disfrute más que de una conversación que me lleve a conocer a alguien de verdad. 
Que considero llorar una hazaña de auténticos valientes, que no dudo en no mantener en mi vida a quien no demuestre querer formar parte de ella, que me encanta pensar en las cosas que no haría despierta, que mi música es lo más personal para mí, que mi juego favorito es el 'Capaz o incapaz', que si consigues que me quede, nunca nada será igual.

7 de octubre de 2013

Discurso del jueves

Supongo que no soy la única que no puede dormir a veces. Y también supongo que no soy la única que a veces prefiere pasar las noches pensando. Cuando no puedo dormir, tengo por costumbre hacerme preguntas a mí misma, las cuales no pueda responder. Hasta que un día, sin siquiera quererlo, la respuesta aparece en mi cabeza. Puede ser la más coherente o simplemente puede cambiar lo que se creía coherente.

Hoy es uno de los días en los que la respuesta llega sin quererlo a mi mente. La pregunta no es sencilla;
¿De qué va la vida cuando el amor es el que se va?

La vida es despertarse un domingo, darse la vuelta, y no ver a nadie tras tu espalda. Esa que el viernes estaba cubierta por sus brazos y que ahora siente las sábanas frías recorrer sin permiso zonas que ni siquiera uno toca de sí mismo. Aún percibes sin confusión alguna su olor en la cama, sus labios descansando en tu almohada, y sus ojos cerrados viajando lejos. Puede que te sientas insignificante. Puedes que pienses, ¿qué hice tan mal? Puede que simplemente no quieras tener tanto frío en manos ajenas. O puede que todo se resuma en que las cosas no deberían terminar así.

Pero te levantas, tarde o temprano, sin sentir tus pies sobre el suelo. Sin sentir que tu mirada pueda ver algo tan real como él. Y entonces te das cuenta. Hoy no es domingo. Tampoco es sábado, ni viernes. Simplemente te parece ayer el día en el que la luz dejó de iluminar tus mejillas. Simplemente te duele tanto que siempre será domingo por la mañana cuando te despiertes. Y cuando piensas en que aún es jueves sientes como se te abre el cielo.

El viernes todavía no está aquí. Aún no ha llegado, y aún no puede marcharse. No puede haber un domingo tan triste si es jueves. Los jueves te parecen el mejor regalo que se pueda hacer, y empiezas a llamarlos 'oportunidades'. Oportunidades de elegir quién será tu viernes; oportunidades de elegir a qué hora piensas levantarte el domingo.

Nadie tiene derecho a decidir cuándo es demasiado tarde.